viernes, 26 de junio de 2020

Una España por reconstruir, una Europa por remodelar. Entrevista a Nieves Hernández.


Tras el azote del tiempo, nada queda de aquello que dicen las personas, pues como dice el refrán: "las palabras se las lleva el viento". Sin embargo, aquel que guste del folclore podrá comprobar que hay determinadas historias que sobreviven al tiempo: los mitos y las leyendas.

Jasón en el barco Argo contra las arpías.

Hablando de mitos: sus estudiosos aseguran que la complejidad del cerebro se vuelve simple ante ellos. A pesar de modificarse para adaptarse a los diferentes tiempos, en su estructura profunda hay una serie similitudes en casi todas las culturas humanas. Por ejemplo, el mito del héroe nos marca cómo ha de actuar el que quiera convertirse en uno, inspirando a miles de audaces jóvenes ávidos de vivir hazañas. En esas idénticas fuentes de inspiración, puede encontrarse la razón por la que los más sabios rumorean aquello de que “la historia siempre se repite”…

Esta vez, el mito del héroe viajero es el que nos incumbe. Este mito habla de la necesidad del héroe de abandonar su cotidianidad para volver metamorfoseado y luchar contra el mal: es el Jesús de Nazareth que se evade al Desierto, es Odiseo con sus veinte años de viaje a Ítaca, es el Hércules que tiene que realizar aquellos doce trabajos para expiar su pecado, es el Éxodo judío por el desierto, o el Cid que sufre el destierro para luego volver. A esta coincidencia sus estudiosos llaman el “monomito”.

Puede ser, que en el rincón ibérico de Europa estemos creando nuestro propio héroe mitológico, pues en esta contemporánea España tenemos quien encarna este monomito: Pedro Sánchez. A quien le pudiera parecer de interés, adjunto un artículo que escribí hace un año, donde preguntaba:  ¿Llegará Pedro Sánchez a Ítaca? Hoy respondo: llegó, y con él, también llegaron los “argonautas” que confiaron en él. Uno de ellos es la que nos interesa en el día de hoy: Nieves Hernández.

Nieves Hernández, senadora del PSOE por Sevilla.

Esta senadora del PSOE fue apodada en una de las entrevistas realizadas como el "alter-ego de Susana Díaz", pues a pesar de las similitudes entre ambas, sus divergentes trayectorias políticas las han confrontado personalmente. Ambas son socialistas, licenciadas en derecho, sevillanas y con experiencia en el Consistorio sevillano. Sin embargo, Susana Díaz abogó por enrolarse en el “apparatchik” socialista junto a esta versión decadente que Felipe González está mostrando en su senectud. Nieves Hernández, por el contrario, decidió embarcarse junto a aquel grupo de "argonautas" que soñaban con reconquistar España de las manos del neoliberalismo. Para hacerlo, tuvo que enfrentarse a su némesis particular: Susana Díaz. Pero ni Susana ni la gestora del PSOE pudieron frenar el torbellino que suponía Jasón y sus argonautas.


Lograron la victoria sobre Susana Díaz y el añejo aparato socialista, y tras renovar aquel partido en proceso de ‘pasok-ización’, dieron la puntilla final al periodo de austeridad, recortes y neoliberalismo de Rajoy, derrotando también de paso, al pupilo de Aznar, un tal Pablo Casado, que por cierto, demostró no estar a la altura de su predecesor, perdiendo cinco elecciones consecutivas en tan breve lapso de tiempo.


 
EL PATRIOTISMO EN LA IZQUIERDA ESPAÑOLA


Con nuestra “argonauta” nos citamos para conversar acerca del papel que tendrá aquel “contubernio” de soñadores, pues no sólo han renovado el PSOE, sino que están en proceso de reconstruir nuestra amada España. Una España que parecía resquebrajarse, pero que el PSOE está consiguiendo no sólo revitalizar y cohesionar, sino también colocar  a la cabeza de Europa. Esta favorecedora política diplomática parece no contentar a la derecha, la cual lejos de contribuir en esta crisis sanitaria, se dedicado a enarbolar la bandera constitucional contra el gobierno en las calles. Pero Nieves Hernández nos recuerda: “el consenso constitucional, tan alabado por la derecha, se produjo a su pesar, pues la España constitucional no se la debemos a los que ahora enarbolan su bandera, sino a aquéllos a los que la derecha más ataca. Alianza Popular, de donde surgió el PP, se abstuvo o llegó a votar en contra de nuestra Carta Magna”. Qué ilustrativo que la derecha se manifestara en contra de la propia Constitución, cuyo artículo 116 recoge la implantación del “estado de alarma”… constitucionalistas de toda la vida.

Lo que no cabe duda, es que esos “constitucionalistas” que se embadurnan en patrioterismo barato rojigualdo están utilizando los símbolos patrios para su particular lucha contra el gobierno. Quizás con el consentimiento de una izquierda que nunca llegó a identificarse con unos colores que usó el franquismo.

¿Cree que es un proceso reversible?

-Si existen las banderas es justamente para simbolizar una identidad común, para unir. La bandera constitucional llegó tras una guerra, una dictadura y simboliza esa unidad de todos los españoles y españolas, ganada a base de diálogo, después de mucho dolor. Ha costado mucho, para que vengan algunos a pervertirla. La apropiación de nuestros símbolos comunes para enfrentar a unos con otros tiene el resultado no deseado de que se produzca un rechazo en parte del pueblo. Su uso para algo diferente a unir, es corromperla. Será reversible en la medida en que a los que la corrompen no encuentren respaldo social. Como dijo hace unos días el Presidente: “la bandera española es el trozo de tela tejida con los hilos de los 47 millones de españoles”.

¿Existe ese sentimiento de patriotismo en el PSOE?

-Muchas veces me he planteado por qué no decimos “matria” en vez de “patria”. Se dice la “madre tierra”, incluso en Sudamérica se habla de la “madre patria”. Hay tradición. No es un término inventado, sino que lo usó nuestra universal María Zambrano. Patria tiene el mismo origen que patriarcado, que “páter”… Cuántos crímenes se han cometido aludiendo a la patria…

Un análisis de esto daría para mucho, pero, en relación con la pregunta: hay un sentimiento de patriotismo que nos impele a luchar por nuestro pueblo, y por lo que es nuestro. En mi opinión, para eso son imprescindibles dos cosas: la primera, que haya un elemento de comunidad no excluyente. La segunda, que haya un contenido de “lo nuestro”.  Que haya algo que defender.

Me enervan los autodenominados patriotas que con una mano ondean la bandera y con la otra venden a precio de saldo las viviendas de nuestras familias a fondos buitres americanos, o se llevan el dinero hurtado a nuestras arcas públicas a paraísos fiscales, o se llevaban la producción de sus fábricas a China, dejando a trabajadores españoles en el desempleo. Para mí, esos no son patriotas. Aquéllos que a lomos de la globalización externalizaron todo lo que pudieron, los veremos plantear sin rubor la nacionalización de empresas para salvarlas. Esta crisis está dando la razón a la socialdemocracia, pero no lo van a reconocer.




EUROPA, ESPAÑA, ¿NACIONES PLURINACIONALES?


Desde la izquierda, parece que se intenta escapar del término nación. Es el término maldito, las vacuidades que encierra su uso hizo que la constitución republicana española de 1931 omitiera el término en todo el texto constitucional. No fue el caso de la constitución vigente, que mantiene cierto equilibrio artificial al denominar España como “nación de naciones”, con la pirueta terminológica que ello implica.

¿Sigue siendo útil aquella fórmula territorial?

-La alocución “nación de naciones” o la plurinacionalidad que el PSOE ha planteado como fundamento de la nación española, entiendo que no sólo no contradice nuestra Constitución, sino que es la interpretación lógica a la práctica homogeneidad de competencias que con el transcurso de los años hemos logrado en nuestro Estado de las Autonomías. Muchos hablan de federalismo imperfecto. La diversidad de nuestros pueblos desde una perspectiva positiva, no desde la del agravio o la recurrente tensión disgregadora.

¿Lograremos exportar a Europa nuestra “nación de naciones”?

-Estamos en un momento de redefinición de Europa. La buena noticia es que parece que se ha impuesto la visión de que es ahora o nunca. La pandemia, una situación extrema como ésta, tiene dos vertientes. La primera, la de la dificultad que surge de los hechos, pero la segunda es la más interesante. Pocos hechos históricos tienen una capacidad tan transformadora de la realidad: ocurre con las guerras, las catástrofes…

Es por tanto una ventana de oportunidad de Europa para reivindicar su lugar en el mundo, para salir reforzada y para no volver a cometer los errores que se cometieron en la crisis económica del 2008. Los últimos acontecimientos son muy esperanzadores, la respuesta común de la UE en todos los frentes está siendo muy importante, desembocando en el Plan Europeo de Recuperación NEXT GENERATION EU de 2,4 billones de euros. Me pregunto cómo habría sido esta respuesta, de haber seguido siendo miembro el Reino Unido. Su presencia en la UE probablemente en estos momentos habría sido un importante freno.


Borrell, Alto representante de la UE para Asuntos Exteriores y Políticas de Seguridad.


EL PAPEL DE ESPAÑA EN LA UNIÓN EUROPEA


En un momento tan delicado para nuestro país, hablar de Europa es inevitable. La reconstrucción irremisiblemente pasa por la cooperación de la Unión Europea. Italia también ha sido azotada por esta crisis sanitaria, y el Espacio Schengen está en juego por la difusión del COVID-19. Este Espacio Schengen es el principal vehículo que pone a nuestro país anualmente entre los destinos preferidos de millones de turistas europeos y a ellos en la cabeza del sector turístico. A su vez, la inmigración irregular cuyos pasos fronterizos giran en torno a Italia y España puede suponer un problema sanitario para toda la Unión Europea, pues sin suficientes fondos destinados al programa FRONTEX, difícilmente se podrá atajar este reto migratorio.

En definitiva, parece ser que los intereses geopolíticos vertebran la guía de actuación de la Unión Europea, que a pesar de su unión política, se fragmenta en grupos de intereses, como el Grupo de Visegrado.

¿Debe España patrocinar un "Grupo Mediterráneo" dentro de la UE?

-Han sido dos países del sur de Europa los primeros epicentros de la pandemia fuera de China. Al comienzo de la crisis, fue Portugal quien nos apoyó para que plantear posiciones en los órganos europeos que finalmente han sido respaldadas. Empezamos hablando de un Plan Marshall europeo con coronabonos. Posteriormente, tras obtener el respaldo de la mayoría de  los grupos en el Parlamento Europeo, hemos concretado el Plan Europeo de Recuperación Next Generation EU. Con este plan, vamos a impulsar la transformación de nuestra Unión para avanzar en la lucha contra el cambio climático, más justa socialmente, más solidaria, apostando por una mayor digitalización, apostando por la investigación, la innovación, un espacio seguro, que luche contra el terrorismo, la desinformación y el crimen organizado. Merece la pena participar en un proyecto tan ambicioso

Ningún estado o conjunto de estados tiene esta agenda. De hecho, ahora en el llamado grupo de Visegrado están muy preocupados porque habrá un porcentaje importante de fondos que vendrán a España o Italia (los países más castigados por la COVID-19). Al final no se trata de euroescepticismo, sino de una alianza para obtener mayor poder en el seno de la Unión.

La alianza entre los países del sur de la UE es inevitable, por razones históricas, geográficas y culturales. Además, siendo frontera sur de Europa, somos los principales receptores de inmigrantes. Pero hay otros hechos que nos unen,  como desgraciadamente el desdén con el que nos denominaron PIGS en la anterior crisis, o haber sido los más castigados en la pandemia.


¿Son estos intereses contrapuestos la causa de que no exista aún un proyecto de diplomacia conjunta en la Unión Europea?

-Nuestra postura es más Europa, una Europa más fuerte que pueda proteger mejor a sus ciudadanos. En todos los ámbitos. Ante la deriva estadounidense bajo la administración Trump, creo que es más necesario que nunca disponer de una autonomía estratégica en la dimensión de la defensa y la seguridad en Europa.

No descartamos, a largo plazo, que esto desembocara en el desarrollo de una Unión Europea de la Defensa o en un ejército europeo, aunque para los socialistas, las prioridades ahora son otras: una Europa más social, abordando decididamente los retos de la Agenda 20-30.

En el ámbito de la política exterior, hechos son amores. Con Josep Borrell siendo el Alto Representante para Asuntos Exteriores ponemos de manifiesto nuestra apuesta por una política exterior y de seguridad conjuntas. No hay duda de que el papel de España será más relevante: es el segundo país más grande de la Unión, la cuarta economía, muy cerca de Italia, lo que nos permite hablar de tú a tú con Francia o con Alemania. Debemos estar en el puente de mando.

En el mapa del mundo que se está configurando, en la nueva guerra fría con el telón de acero en el pacífico, sólo una Europa fuerte puede ejercer de contrapeso, de mediador, de actor internacional imprescindible. Los estados nación europeos son demasiado pequeños para desempeñar por sí solos un rol relevante.


miércoles, 10 de junio de 2020

¿Se puede ser de izquierdas y patriota? Entrevista a S. Armesilla

Amplio es el debate sobre si la ideología es una forma de pensar, o una forma de sentir. Y me posiciono sin posicionarme: para unos es una cosa y para otros, la contraria. Para aquellos que sobreponen el folclorismo iconodúlico a la consecución de metas, os pongo en advertencia, no será esta una entrevista placentera. No suele ser un pasatiempo gozoso que señalen las estulticias que a uno le son propias. Pero precisamente ese es el trabajo de nuestro entrevistado, el señor Santiago Armesilla. Comunista confeso y orgulloso, explícito y antiposmoderno, a pesar de dedicar su vida a la política, no es un político al uso. Ni parece pretender serlo. Su labor es mucho más profunda e interesante: criticar a la izquierda desde la propia izquierda para guiarla y adecuarla a los tiempos modernos y enfocarla hacia la consecución de sus fines. O como el mismo prosa: "hacer cartografía para los barcos". 

Contradiciendo la lógica de aquellos que se llaman a sí mismos periodistas, Armesilla se encuentra cómodo. No obstante, es menester reconocer la extenuación que provoca su posición: la artillería de la derecha le dispara de frente, a la vez que también se encuentra torpedeado por la artillería que le dispara por retaguardia, desde la izquierda indefinida. Incordiando constructivamente, se pregunta: ¿se puede disponer de ortodoxia sin corpus político explícito? Y se afirma, que 'Sí, se puede'. Nótese la alegoría morada. La izquierda más allá del centro dispone de unos presupuestos ideológicos que por permanecer no escritos, intangibles, alcanzan un poder descomunal. Es esta la suerte de peronismo español al que aspira Podemos, como bien señala Armesilla en "Comprendiendo a Podemos".

En esta entrevista con Santiago Armesilla buscamos ahondar en la historia de España en pos de encontrar definición y hoja de ruta para solucionar el problema territorial enquistado, excesivamente latente en nuestro país. El «Problema de España» que une a los pueblos en una unidad política, como diría Gustavo Bueno. Y a fuerza de hablar de territorialidad, hablamos de gobierno y hablamos de políticas públicas, pues parafraseando a Pérez Royo: "los nacionalismos no tienen fuerza suficiente para independizarse, pero sí tienen fuerza para hacer imposible el funcionamiento democrático del Estado español". 

Santiago Armesilla


P- Argumenta usted en su libro “El marxismo y la cuestión nacional española”, que uno de los elementos de la ausencia de identificación patriótica dentro de la izquierda española fue la carencia de traducciones de los textos marxistas clásicos. Sin embargo, el sentimiento antiespañol está vigorosamente arraigado en el seno de la población tanto marxista-leninista, como de izquierda indefinida. Aparte de la Leyenda Negra de España, ¿qué factores actúan en el presente como inhibidores de un sentimiento patriótico en la izquierda?

R- En mi libro, ”El marxismo y la cuestión nacional española”, señalo que la hipótesis de que una de las razones de la identificación de la idea de España con el franquismo por parte de la gran mayoría de la “izquierda” española se debe, en gran medida, a la ausencia histórica de la construcción teórica de un marxismo netamente español y, por extensión, en español, que permita analizar no solo el desarrollo del modo de producción capitalista en España sino toda la Historia anterior al capitalismo en nuestra nación. Ello implica, sin duda, analizar el Imperio Español desde las coordenadas materialistas de Marx, cosa que él hizo en buena parte, y sobre la cual se debería continuar trabajando. 

Algunos afirman, erróneamente, que el marxismo es una “ciencia” y que, por ello, no puede adaptarse a la idiosincrasia de cada nación. Pero ambas cosas son falsas. El marxismo no es una ciencia, es un sistema filosófico que bebe de las ciencias realmente existentes para desarrollarse, en todo caso, Marx pretendió apoyarse en ellas para superar el socialismo llamado por él “utópico”, pero sin negar sus logros, y avanzar a un socialismo “científico”. En otras palabras, crear un socialismo cuya construcción sea plausible partiendo de lo real y superándolo, hasta llegar al comunismo, situación en la que ya sería imposible volverá las relaciones sociales presocialistas. 

Lo segundo es falso porque el marxismo solo ha triunfado donde se ha hecho plenamente nacional, es decir, donde, como afirma Doménico Losurdo, la causa socialista y comunista han tenido una profunda resonancia nacional, donde el internacionalismo político (que no étnico ni fraccionario), partiendo del Estado-nación realmente existente, ha sido profundamente nacional. Solo ahí los comunistas han podido vencer el ataque de quien quería derrocarlos del poder y conservarlo. Para poder llegar a esta situación en España, primero es necesario construir un marxismo netamente español, que nunca ha existido, sin negar las aportaciones valiosas que, en materias puntuales, han desarrollado algunos en materia económica, filosófica, antropológica, sociocultural, etc... 

Para construirlo, es necesario superar los doce obstáculos históricos que, a mi juicio, han impedido dicha construcción, los cuales señalo en el libro: acabar con la Leyenda Negra antiespañola, que provoca endofobia entre nuestros izquierdistas; acabar con el peso político, cultural y educativo del krausismo, que impidió la entrada de Hegel en España por la “izquierda”, y que ahora es posible partiendo del materialismo filosófico de Gustavo Bueno, que recoge tanto a Hegel como a Marx y los entreteje con las tradiciones filosóficas netamente españolas del pasado; estudiar detenidamente los textos de Marx y Engels sobre España, traducidos por completo y bien solo desde 1998; triturar la influencia anarquista, antiestatista, en nuestros izquierdistas, diluida en otras tradiciones que nada tienen que ver con aquella; acabar con la influencia austromarxista en nuestros izquierdistas; destruir la socialdemocracia, tanto de Izquierda Unida como de Podemos, que impide construir un movimiento obrero revolucionario; disociar para siempre la idea de España del franquismo, analizando críticamente aquel periodo de la historia de España desde el materialismo histórico; denunciar la acción conspiradora que ejerció el Congreso por la Libertad de la Cultura contra nuestro país, y que hoy continúan las instituciones globalistas como Open Society, que buscan perpetuar el capitalismo liberal progresista a costa de la soberanía nacional y del bienestar de los trabajadores; arrinconar para siempre el legado eurocomunista del PCE; criticar el europeísmo, el atlantismo y la Leyenda Rosa de la Transición que preparó el terreno a ambos fenómenos; retomar las ideas nacionales de Rosa Luxemburgo, más adaptables al mundo ya postcolonial en que vivimos y sin Imperios multiétnicos y multirreligiosos en Europa oriental, más aún tras la caída de la URSS y de Yugoslavia; y destruir el postmodernismo de la izquierda indefinida. Como verás es una labor titánica, pero no queda otro camino.

El marxismo y la cuestión nacional española. Uno de los libros más influentes de Santiago Armesilla.


P- Desde el independentismo, tanto vasco como catalán (entre otros), se alude a la defensa de la identidad propia frente a un movimiento centrípeto madrileño. Esto implicaría denominar  “minorías” a estos grupos. ¿Estas “minorías” se constituyen en etnia, con una cultura propia e historia propia? ¿cuáles son los rasgos culturales que cohesionan a estas minorías? ¿podríamos hablar que en el caso español, los nacionalismos periféricos están constituidos únicamente de comunidades de habla diferenciada?

R- Que exista un movimiento nacionalista no implica que haya nación. De hecho, este es el argumento de los secesionistas contra España, pues tachan de nacionalista español a todo aquel que defienda la nación española, aunque nieguen que esta exista. La diferencia es que en origen, en curso y en cuerpo, el nacionalismo español es político, surge durante los primeros cinco periodos revolucionarios liberales que Marx y Engels constatan en sus escritos sobre España (Guerra antifrancesa, Trienio Liberal, Primera Guerra Carlista, Vicalvarada y Sexenio Democrático), mientras que los secesionismos catalán, vasco, gallego, etc., son étnicos, en tanto que reivindican una “cultura”, basada en la lengua pero, a su vez, firmemente unida a conceptos raciales y racistas.Esto a pesar del papel de regalo izquierdista y democrático con que lo han envuelto siempre. 

Es falso identificar el nacionalismo español con la “derecha”, por mucho que el franquismo se apropiara de la idea de España, que la “izquierda” ha regalado porque les gusta ser eternos subcampeones, y así no equivocarse nunca. En los secesionismos encontramos derecha, extrema derecha e izquierda indefinida fundamentalmente. Es más, creo que ni siquiera deberían ser llamados nacionalismos estos secesionismos, aunque reivindiquen una supuesta nación inexistente, y su proyecto sea el de construir, como diría Bueno, una nación fraccionaria partiendo de una nación política canónica como la española. Las regiones de las cuales buscan secesionarse, expropiando al resto de españoles su derecho absoluto sobre esos territorios, que también son nuestros, incluidos los españoles de esas regiones que quieren seguir formando parte de España, no han sido jamás naciones. Por tanto, llamarles nacionalistas es una impostura. Llamémosles por lo que son: secesionistas, separatistas, neofeudalistas. Pero no nacionalistas. El nacionalismo, propiamente hablando, solo es aquel que reivindica una nación realmente existente, es decir, un Estado-nación. Todo lo demás es etnicismo. El nacionalismo italiano y el alemán solo fueron reales cuando se unificaron Italia y Alemania. Antes solo eran irredentismos, integracionismos, pero realmente no nacionalismos. Las naciones surgen con el Estado, no antes de él.

"El catalanismo no es nacionalista, es neofeudalista"


P- Tanto Lenin como Stalin, entre otros teóricos de la izquierda marxista reivindican la supuesta autodeterminación de los pueblos a la que se acogen la izquierda nacionalista periférica en España. Sin embargo, en paralelo, el socialismo propone el centralismo democrático. ¿Es aplicable la autodeterminación únicamente al contexto imperialista donde escriben estos autores?

R- Lenin y Stalin solo vieron viable la autodeterminación para las colonias de Asia, África y América, y para las que poseían los Imperios multiétnicos y multirreligiosos de Europa oriental: Imperio Ruso, Imperio Austrohúngaro e Imperio Otomano. Tres Imperios que, tras la Primera Guerra Mundial, desaparecieron. Lenin y Stalin, partiendo de Marx, solo admitieron la autodeterminación para Irlanda, colonia del Imperio Británico. También para Noruega, colonia de Suecia tras el Congreso de Viena de 1815. Posteriormente a que ambos escribieran sobre esto, si Lenin quiso extender la cuestión era porque veía inevitable una revolución obrera mundial, y entendía que la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas era el preludio de una federación universal de pueblos en el socialismo. La historia no le dio la razón a Lenin, y de ahí el necesario repliegue de Stalin denominado “socialismo en un solo país”, que en el fondo no era sino el proyecto de convertir la URSS de 1924 en una superpotencia mundial desde la que influir en la construcción del socialismo en otros Estados. De ahí la labor de la Komintern, que cometió muchos errores por cierto, como hacer virar al PCE en España hacia la defensa de la autodeterminación de Cataluña, Galicia y País Vasco, error que, caída la URSS, seguimos pagando. 

Muchos no entienden todavía que ese fue uno de los motivos por los cuales el bando segundorrepublicano perdió la Guerra Civil Española. En política, como en la vida en general, la verdad de toda acción se mide no por sus intenciones, sino por sus resultados. El resultado de aplicar la autodeterminación a los países comunistas significó la balcanización de Yugoslavia, de la URSS, de Checoslovaquia y de Etiopía, que perdió Eritrea y se quedó sin salida al mar. Una absoluta catástrofe geopolítica. El resultado, en España, de que exista una “izquierda comunista” que defienda modelos federales, confederales, plucinacionales y la defensa de la autodeterminación de las regiones, conlleva solo dos cosas: convertirse en el amante pasivo del secesionismo, y conseguir el desprecio más absoluto por parte de la inmensa mayoría de los trabajadores. Y, por tanto, no gobernar nunca, no realizar la revolución nunca. Aunque esta gente, en realidad, nunca ha querido la revolución. Solo quieren mantener chiringuitos pequeños y poner y quitar carnets en base a la idea de España que se tenga.


Territorios de habla hispanoportuguesa.


P- Es muy crítico con el federalismo que proponen otros partidos. En la aplicación práctica al caso español, ¿cómo resolvería un marxismo hispánico la cuestión territorial?

R- Aplicando lo que dice el marxismo: República Unitaria Centralista e Indivisible. República Democrática (dictadura revolucionaria del proletariado) sin separatismos. Con todo lo que conlleva, también en materia de enseñanza de Historia, por ejemplo.

P- En cuanto a la Unión Europea, abandonarla conllevaría recuperar la soberanía nacional pero también perder capacidad de influencia internacional. ¿Es posible desde el marxismo apostar por reformar la Unión Europea y construir un modelo político unitario? ¿Es el Spexit deseable y/o viable?

R- La Unión Europea tendría que convertirse en un Estado-nación único para que tuviese sentido utilizarla para la construcción del socialismo, y eso requiere que la UE hable un único idioma (¿alemán? ¿inglés? ¿ruso, que es el idioma más hablado de Europa? ¿esperanto?), y eso requiere siglos para realizarse. España tiene una alternativa geopolítica en la Iberofonía, el mundo hispano-luso, dos lenguas universales mutuamente comprensibles, que comprende a más de 800 millones de personas repartidos en más de 30 Estados de los cinco continentes. Más fácil de unificar en tanto que hay mayores similitides lingüísticas, culturales e históricas, sin negar su variedad. Por eso es tan necesaria la construcción de un marxismo netamente español que acabe con las doce causas que impidieron su construcción y que cité en la primera respuesta. Lo más difícil ya está hecho, la Iberofonía existe. Ahora construyamos un marxismo netamente en español para caminar hacia un Paniberismo Socialista.



P- El iberismo es una de las soluciones políticas que se plantean para resolver la cuestión territorial. ¿Las influencias geopolíticas harían descarrilar este proyecto político? ¿Cree que hay un sentimiento de cierta predisposición social a una unión política?

R- Hay un porcentaje alto de la población en Portugal y en España que estaría de acuerdo, pero dentro del iberismo hay corrientes balcanizantes, federalistas, confederalistas y secesionistas antiespañolas. En el paniberismo, por el contrario, se respetaría la soberanía nacional de cada Estado iberófono, su integridad territorial y su independencia respecto de los demás. Nunca se ha planteado paniberismo alguno que busque balcanizar las naciones políticas panibéricas. El iberismo solo tiene sentido como episodio del paniberismo. Y antes de confraternizar con Portugal, a la cual hay que respetar en su independencia y soberanía, hay que resolver los problemas internos de España.

P-En cuanto a la Constitución Española de 1978, desde el punto de vista analítico ¿es correcto hablar de “nación de naciones” en España? ¿Es la nación política española la única existente en el territorio español?

R- La nación política española es la única existente en el territorio español. No hay más. El problema es que el artículo 2 de la Constitución Española de 1978 reconoce nacionalidades sin decir cuáles son ni de qué tipo (una nación política española compuesta por diversas etnias podría ser una solución en su día, pero ya ni siquiera son etnias diferenciadas las regiones con movimientos separatistas, las cuales solo se diferencian del resto por tener movimientos secesionistas amamantados por PP y, sobre todo Unidas Podemos y PSOE, con el único objetivo de gobernar desde Madrid). Y nacionalidad y nación son lo mismo. 

La Constitución Española de 1978 es el mejor aliado del secesionismo. Al no ver esto ni PP, ni PSOE, ni Unidad Podemos, ni Ciudadanos, ni Vox, todos estos partidos se convierten en cómplices necesarios de la balcanización de España, por su constitucionalismo. Otra cuestión es que, dentro de lo malo, algunos de estos partidos sean más enérgicos contra el secesionismo. Pero solo tratan de aguantar para mantener, algo más de tiempo, la unidad de España, cuyo mayor peligro es su disolución en la Unión Europea.



Pedro Sánchez (PSOE) y Santiago Carrillo (PCE) engalanados con los símbolos patrios


P-Algunos intelectuales (como Ernesto Alba del PCE-A) y periodistas (entre los cuales encontramos por ejemplo a Carme Chaparro, Pablo Linde, David Moreno…) parecen estar haciendo campaña a favor de la implantación de un sentimiento patriótico de izquierdas, el cual parece tener acogida, ya que la resignificación de la bandera copa el debate en redes sociales ¿tiene potencial esta izquierda patriótica para convertirse en un movimiento influyente en el futuro?

R- El tiempo lo dirá. Se trata de acciones encomiables, pero lo arduo no es solo construir una “izquierda patriótica”, que para eso ya existía UPyD, que era un partido socialdemócrata que se lo cargaron solo porque empezó a encabezar denuncias judiciales contra PP y PSOE. Aparte, fueron tachados, injustamente, de “extrema derecha” solo por oponerse al secesionismo. Ese partido es historia, y su recorrido demuestra que no basta con construir una “izquierda española”. El trabajo que hay que hacer es desde los cimientos. Primero la cartografía (la construcción teórica), luego los barcos (el Partido) y por último la navegación (la toma del poder, que obligará a modificar cosas de los barcos y de la construcción teórica).

¡Sí a la Superliga Europea! Una justificación desde la Sociología.

La sociología española debe posicionarse indefectiblemente en la constitución de una Superliga Europea de fútbol. Esta sentencia viene al hi...