martes, 22 de septiembre de 2020

Respuesta a la exdiputada Malena Contestí: vergüenza me daría defender antes al IBEX que a España.


Malena Contestí en su etapa como diputada nacional por VOX


Hay personas brillantes a las que la iluminación les viene por fases. Cual burda adaptación de Darwin, progresan evolutivamente durante su vida. Mantengo la fe en que este sea el caso de Malena Contestí. Personalmente, las veces que he interactuado con ella siempre he encontrado a una persona correcta y educada, y me consta que brillantemente formada. No obstante, la ideología política no entiende de formación sino de perspectivas.

Empatizo con ella, en la medida en la que comprendo su inclinación política. Sería absurdo que la hija de un expresidente de un club de fútbol de Primera División (como lo es el R.C.D. Mallorca) acabara pidiendo justicia social e impuestos progresivos. Más aún, si su etapa formativa transcurre en las elitistas aulas de Derecho de la universidad privada y jesuita de ESADE. No podemos decir de ella que sea una cateta o inculta, por su brillantez académica pongo la mano en el fuego. No obstante, la pregunta que para todos es obvia y más obvia aún la respuesta es la siguiente: ¿al servicio de quién está puesta esa gran materia prima de lucidez que atesora esta mujer?

Fue Vox quien primero logró captar sus inclinaciones políticas, como era de esperar. Pero resultó Malena ser una mujer de principios y rebelde, y a pesar de salir elegida como diputada nacional por el partido de ultraderecha, pronto arremetió contra ellos. En palabras suyas, exactas y literales, abandonó el partido acusándolo de homófobo, demagogo, extremista, antisistema y proselitista totalitario. Su lucidez le permitió ver el estercolero donde estaba chapoteando.

Sin embargo, su actividad política no amainó. Al contrario, libre de las ataduras de la actividad siempre enclaustrada que se realiza dentro de un partido de este calibre, se desató en los medios. Se convirtió en un arma arrojadiza contra el partido de Abascal por parte de la “derechita cobarde”. Actualmente aparece en diversos medios de comunicación, redes sociales y es una persona activa en la prensa política por su carácter rebelde e incontrolable.

Malena Contestí

Pero esto no significa haya encontrado refugio en la izquierda. De hecho, se le presuponen unas ideas antinacionalistas rozando la negación de la nación española y un credo aparentemente laico o inexistente. Esto chocaba frontalmente con el reaccionarismo conservador de VOX. Se considera así misma como liberal y exhibe orgullosa símbolos “anarcocapitalistas”, como lo es la serpiente. Acerca de la coherencia teórico-práctica del citado anarcocapitalismo no haremos mención en este texto, por mera displicencia personal.

Pues bien, en la mañana de hoy, la exdiputada se expresaba en los siguientes términos en sus redes sociales:  

Gente del PSOE: ¿no sentís profunda vergüenza a estas alturas del partido al que pertenecéis?

- Gestión terrible.
- 52.000 muertos.
- Surf y buceo.
- Comunistas con vosotros.
- Abrazos con Bildu.
- Separatismo.
- Ridículos con Díaz Ayuso.
- Contradicciones continuas.

Ante una breve respuesta negativa por mi parte, Malena procedió, como es habitual en ella con educación y respeto, a cuestionar si no preferiría un PSOE que no hiciera “estas cosas”. Con el mismo respeto con el que ella se ha referido a mí, intentaré responderle en esta publicación y rebatir sus aseveraciones, en cuanto estas se encuentran dentro de mis posibilidades. Iremos por partes:

 

Acerca de la “gestión terrible”.

Es difícil valorar una gestión de una crisis que se expande de forma irregular por el territorio. Solamente nos puede ayudar en ello el método comparativo. Usándolo, podremos ver que si la gestión del PSOE es “terrible” es porque existe otra gestión que es “beneficiosa”. Bien, entiendo que esta gestión que ella propone como beneficiosa existe y como tal, es la que ofrece la alternativa al gobierno: su oposición parlamentaria, es decir, el Partido Popular.

Este Partido Popular es el que gobierna siempre con apoyo de VOX, tanto en Murcia, Andalucía o Madrid, entre otras. Pues bien, si la gestión estuviera en manos de una coalición electoral del PP con VOX, un partido que en pleno apogeo de la pandemia, votaba en contra de mantener el estado de alarma. Quería echar a los españoles a la calle con un virus que mataba a 1.000 personas por días.

Pero VOX no fue el único que ha votado que no al estado de alarma, siendo esta la herramienta jurídica que permitía el control sobre la movilidad de los españoles, garantizando el correcto cumplimiento de la Constitución Española. El Partido Popular ha ido torpedeando el estado de alarma desde el 6 de mayo, donde se desmarcó del gobierno votando abstención a la prórroga de dicha figura constitucional.

Podríamos en última instancia culpar al gobierno de las irregularidades acaecidas en el pago de los ERTE. Pero sería incoherente e ingrato culpar de ello al partido que está prorrogando y asegurando que los trabajadores españoles cobren a pesar de no estar llevando a cabo su normal actividad laboral. Un partido, que además está regulando el teletrabajo para garantizar puestos de trabajo con mayor seguridad sanitaria y menor riesgo de infección, además de condiciones laborales que se amolden a las necesidades y accesibilidad requeridas para su correcta realización.


Pablo Casado, líder del PP y socio de VOX


Más allá de ello, al culpar al gobierno de forma única y exclusiva, demostraríamos una ausencia desmedida del funcionamiento del sistema político español. Haríamos ver que pensamos que es Pedro Sánchez y el gobierno que dirige los encargados de darle al botoncito que envía el salario hacia los trabajadores. Sin embargo, es el SEPE quien coordina estas labores. Nada más lejos de la realidad, cuando el SEPE es un organismo autónomo al gobierno, integrado por numerosos funcionarios de carrera totalmente desligados de la adscripción militante a uno u otro partido, los cuáles son trascendentes al paso de los partidos políticos. Imaginen el número funcionarios existentes en una estructura que coordina las políticas de empleo de un país con más de 45 millones de habitantes, y que además funciona de forma descentralizada por poblaciones, comunidades autónomas e incluso por distritos poblacionales.

El correcto funcionamiento de los pagos por el ERTE no solo han sido responsabilidad de esta administración pública española, separada y separable del gobierno, sino que además tenemos que entender la responsabilidad social de las empresas. Las empresas son las responsables de proporcionar la información adecuada y requerible respecto de los trabajadores a su cargo, un fallo en ésta conlleva a un bucle de errores burocráticos que desencadenan el impago, sobrepago o pago aplazado de estos ERTE. Ante la crítica de la gestión de esta, podemos comprobar como las empresas nunca son nombradas como responsables de esta cadena de movimientos burocráticos que permiten que el ciudadano en ERTE reciba su remuneración. A mi entender, fruto de la ideología de quiénes critican al gobierno: la defensa de la patronal.

 

Acerca de los 52.000 fallecidos

En este caso, me parece deleznable acusar de los desgraciados fallecimientos provocados por el COVID al partido del gobierno, es decir, al PSOE. Pero más allá de la consciente barbaridad que esto supondría, inflar los datos oficiales es otra temeridad estadística sin base más allá que una mera comparación. Basarse en la diferencia entre los fallecidos del año pasado respecto a los de este año sería grosero, pues no tiene en cuenta los problemas derivados del colapso sanitario que ha supuesto esta pandemia. Tampoco los riesgos asociados, que son numerosos. Sería una falacia estadística contar como “muertos provocados por el COVID” a la diferencia entre ambas cifras, pues no habría factor relacional entre ambos. Para ser fiables nos tendremos que sujetar a las cifras oficiales y estas cuentan en 30.000 fallecidos por COVID en toda España.

Sin embargo, en el burdo y sucio juego de achacar los fallecidos al gobierno central, podríamos seguir jugando y encontrar contradicciones sorprendentes que sigan la misma pueril lógica. Por ejemplo, encontrar que en una región gobernada por la derecha como es Madrid, los fallecidos componen casi un tercio de los fallecidos totales en todo el país (9.000 fallecidos en Madrid, aproximadamente). Podríamos achacárselo a una especie de hipercefalia de la capital, sin embargo, una comunidad autónoma con un similar número de habitantes como es Cataluña ha tenido aproximadamente la mitad de fallecidos. Lo cual, nos haría pensar que el estado de la sanidad pública en Madrid ha provocado este incremente de decesos.


Ayuso en una de sus más lamentables facetas



Si nos vamos al control directo que ejercen las comunidades autónomas de la sanidad, tras el fin del estado de alarma desde el 21 de junio, vemos como Ayuso y Almeida tampoco salen beneficiados en cuanto a gestores de la pandemia. Aproximadamente un mes después de que el gobierno cejara en el control absoluto de la sanidad, la Comunidad de Madrid es la peor parada en todas las estadísticas posibles: fallecidos, nuevos contagios, pacientes por camas en la UCI… Lo cual nos demuestra la capacidad gestora que el Partido Popular atesora.

A ello, podemos sumarle diferentes acciones que corroboran la tesis de la paupérrima gestión del PP y lo perjudicial que podría haber sido tenerlos en el gobierno en estos momentos de máxima crisis nacional. Entre estos hechos anteriormente referidos podemos destacar la negativa de Díaz Ayuso a contratar más rastreadores, gastar un millón de euros para contratar un mayor número de profesionales eclesiásticos en los hospitales, incitar a la “Revolución del Barrio Salamanca”, la celebración del cierre de IFEMA o la actual medida de clausurar únicamente los barrios tradicionalmente obreros.

Vista la incapacidad de encontrar una gestión alternativa más eficaz y beneficiosa de la pandemia para España, he de asegurar que no es falaz que la gestión haya sido nefasta o terrible como asegura la exdiputada Contestí. Dicho adjetivo solo sería posible utilizarlo en el caso de la gestión del PP acerca del mismo. Podríamos convenir, como de hecho se ha hecho desde la alta cúpula de dirección del estado, en que ha habido errores de cálculo y aspectos mejorables en determinadas decisiones, pero queda en manifiesto que es imposible de forma técnica advertir en estos términos la gestión del PSOE.


En cuanto al surf y el buceo.

Creo que hace referencia al modo en el que un miembro funcionario del estado invierte su tiempo libre. Casualmente, dada su entrega, actitud y gestión, Fernando Simón es valorado como positivo por el inmenso grueso de la población española. En caso de tener alguna queja al respecto, podría usted dirigirse a Mariano Rajoy, que fue quien le contrató para su actual puesto en 2012.

Fernando Simón durante la pandemia


En cuanto a los comunistas que “tenemos con nosotros”.

Afortunadamente, esos a los que usted llama “comunistas” de forma despectiva han sido quiénes ha abordado esta crisis sanitaria de forma meridianamente eficaz. No podemos decir lo mismo de los anticomunistas con los que usted se siente más a gusto, que están siendo un auténtico desastre gestor. Sin embargo, si el PSOE mantiene una coalición electoral con supuestos “comunistas”, habría que analizar con quien gobierna la derecha. Pues entre sus socios electorales, VOX cuenta con numerosos miembros o exmiembros de Falange, antiguos miembros de listas electorales de partidos neonazis como España2000, nostálgicos franquistas, etc… Lo mejor de la política española, sin lugar a dudas.

Como jurista, le presupongo conocer la confección del ordenamiento jurídico constitucional español. Conociéndolo, sabría que casualmente, la presión que ejercieron esos “comunistas” de los que usted habla durante la Transición fue uno de los factores que propiciaron la llegada de la democracia, luchando contra el antiguo sistema de legalización de partidos de los que se beneficia la actual democracia española. Sin ser su defensor, sin esos que usted tanto detesta, aún seguiríamos anclados en la oligarquía pseudofranquista que intentan imponer desde VOX.


Crítica a los abrazos con Bildu y el separatismo

Este aspecto si que me parece preocupante. No comparto la incorporación del nacionalismo separatista en la tarea del gobierno. Pero ni me parece bien ahora, ni me pareció bien cuando lo hacía el Partido Popular tanto con el Partido Nacionalista Vasco, como con CiU. Ni tampoco cuando los nacionalismos "de segunda clase" se dejaban vender al mejor postor, como cuando Unión del Pueblo Navarro, Coalición Canaria o Foro Asturias acababan siempre apoyando al Partido Popular, por arte de magia (¿o billetes?). 

Cuando los sediciosos no eran tan malos y aún se podía pactar con ellos. 


Sin embargo, he de apuntarle que desde el gobierno se intentó que los partidos constitucionalistas apoyaran un gobierno en minoría del partido más votado, (es decir, el PSOE) con los que los votos de estos partidos separatistas fueran intrascendentes y así dejarlos fuera de las instituciones. Pero la derecha se negó. Y de aquellas aguas, estos lodos. Boicotearon la formación de gobierno, nos indujeron a unas nuevas elecciones, exaltaron a los partidos extremistas en el Congreso… y ahora la derecha culpa al PSOE de que Bildu tenga peso institucional. Mírense sus acciones y dejen esa hipócrita actitud de culpar a los que amamos España y sus instituciones de querer destruirla. Es la derecha la que boicotea España, llegando incluso a poner en juego no solo sus instituciones políticas y económicas, sino su propia salud, jugando con los españoles y lanzándolos a la calle en medio de una pandemia internacional. Bildu no debe estar ahí, coincido con usted. Pero si está ahí, es porque la derecha ha obligado al PSOE a incorporarlo para que en España hubiera gobierno. No sean hipócritas.


Así que le respondo Malena: no siento en absoluto vergüenza de apoyar a este gobierno. Y mucho menos de la gestión que nos ha salvado a millones de españoles de la ruina y la muerte a la que hubiéramos estado amarrados sin las prestaciones y servicios públicos que se nos han otorgado. Sin la sanidad pública, aquella que la derecha quiere abolir. Sin las prestaciones sociales, aquellas que la derecha quiere disminuir en el mejor de los casos. Sin el estado social y de derecho que la Constitución asegura y que la ultraderecha quiere derrocar con la connivencia del Partido Popular. No puedo ni quiero hacer más que prevalecer mi condición de español, que no tiene otra forma de manifestarse que como socialdemócrata. Pues aquel que hiere al estado español, en ninguna de sus acepciones puede llamarse patriota, como sí osan hipócritamente llamarse las derechas de España. 

Por supuesto que entiendo el descontento de ese capital financiero que usted defiende respecto al gobierno de España. Nunca serán paralelos el interés de a quiénes usted defiende y el del gobierno que ahora tenemos, pues este defiende el interés general del país, en contraposición con el de las minoría explotadora de la que usted se convierte en fiel escudero ideológico. 

A pesar de ello, la invito, como invito a todo el que se queje de mala gestión, de proponer medidas concretas y a cesar en el continuo goteo de críticas a posteriori. Es muy fácil y obviamente inútil recrearnos en aquellas acciones mejorables de hace tres meses. Es más complicado y consecuentemente constructivo proponer mejoras en los planos de acción que se están llevando a cabo. Es de amante del país y de sus ciudadanos querer que el funcionamiento político vaya a mejor. Y por lo tanto, por contradicción encontramos que es de los enemigos de la patria aquel comportamiento que conlleve a socavar su país y congraciarse con el mal nacional. Hay mucho de esto último en la derecha española, por muy alternativa, rebelde y moderna que se vista. El enemigo de España ya ha dejado de invocar a Dios, ahora invoca al IBEX35.



No hay comentarios:

Publicar un comentario

¡Sí a la Superliga Europea! Una justificación desde la Sociología.

La sociología española debe posicionarse indefectiblemente en la constitución de una Superliga Europea de fútbol. Esta sentencia viene al hi...